Publicado: 14/10/20 10:33 Categorías: Biología molecular

La cirrosis hepática es el resultado de muchas enfermedades crónicas del hígado que tiene como consecuencia final la pérdida de la estructura normal de este órgano y una disminución de sus funciones con el tiempo. De hecho, cualquier enfermedad que produzca una inflamación crónica del hígado puede, con los años, llegar a producir cirrosis. Las causas de la cirrosis son variadas, siendo las principales en nuestro medio el consumo excesivo de alcohol (cirrosis etílica) y la hepatitis crónica por virus C (cirrosis por virus C), que son responsables del 80% de los casos de cirrosis en España. 

 

La cirrosis se ha asociado con cambios en la composición del microbioma intestinal, pero a pesar de que el fallo hepático conocido como ACLF (del inglés, Acute-on-Chronic Liver Failurees el más grave que presenta la enfermedad, no hay demasiada información acerca de las alteraciones concretas que se producen en el microbioma del intestino. Es por eso que, en el reciente estudio publicado en la revista Gastroenterology, y llevado a cabo por investigadores del Clínic-IDIBAPS, han querido realizar un análisis metagenómico cuantitativo para analizar los genomas de los microorganismos que forman parte de la microbiota del intestino empleando técnicas de secuenciación masiva 

 

En el estudio se incluyeron 182 pacientes en diferentes estadíos de la enfermedad y de los cuales se recogieron muestras de heces para la posterior extracción del DNA y preparación de librerías NGS 

 

 

 

 

Entre las observaciones que obtuvieron del estudio está el hecho de que el microbioma de las personas con cirrosis está alterado con respecto al de personas sanas y este hecho se agrava aún más y se hace más evidente en estadíos avanzados de la enfermedad. Además, en la fase más grave de la cirrosis, vieron que se reduce la diversidad genómica y metagenómica del microbioma y empiezan a aparecer bacterias poco habituales en la microbiota intestinal, como Enterococcus, algunas de ellas de la flora oral. Es importante destacar, tal y como indica Elsa Solà (co-autora del estudio), que esta disfunción del microbioma intestinal no se debe al tratamiento con antibióticos, ya que las diferencias entre los grupos se mantienen tanto si toman este tipo de tratamiento como si no”.Cristina Solé, primera firmante del trabajo, afirma además que "la alteración del microbioma intestinal, se asocia con complicaciones de la enfermedad y un peor pronóstico".  

 

Está claro que este estudio ha aportado luz y ha permitido conocer más acerca del microbioma intestinal de los pacientes con cirrosis, aunque serán necesarios más trabajos de este tipo para esclarecer qué estrategias seguir para modificar la composición y función de esta microbiota y así mejorar la calidad de vida y pronóstico de estos pacientes.  

 

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Bibliografía: