Publicado: 23/08/22 13:23 Categorías: Microbiología

 

La industria cosmética tiene una gran importancia a nivel económico y social. Durante los últimos años este sector ha experimentado un crecimiento generalizado, motivado principalmente por el aumento en el interés por el cuidado personal del público general.  

 

Este crecimiento viene de la mano de una tendencia a la regularización del sector que mejora la seguridad y la calidad de los productos cosméticos. 

 

¿Cómo se regula el riesgo microbiológico en los cosméticos? 

 

Con la creación del Reglamento Europeo (CE) n.º 1223/2009, surge la obligatoriedad de generar un informe que recoge la información de seguridad del producto cosmético que va a ser comercializado. Este informe también recoge las especificaciones microbiológicas del producto cosmético. 

 

 

La evaluación de riesgo microbiológico en los productos cosméticos está regulada por la norma ISO 29621. Esta norma define el riesgo microbiológico en un producto cosmético como la capacidad del producto para sustentar el crecimiento de microorganismos y la probabilidad de que esos microorganismos causen un daño al usuario.  

 
El riesgo microbiológico también se define en esta norma como la capacidad de sustentar la presencia de microorganismos específicos como los que se identifican en las normas ISO de microbiología cosmética, como la ISO 17516, que establece los límites microbiológicos en los productos cosméticos.  

 

En base a esa evaluación de riesgo, se distinguen los productos con bajo riesgo microbiológico y los de alto riesgo microbiológico. Estos últimos deberán añadir conservantes a su fórmula y deben pasar controles microbiológicos para garantizar su seguridad. Microorganismos como Pseudomonas aeruginosa, Escherichia coli, Candida albicans y Staphylococcus aureus son de obligado análisis. Además, existen otros microorganismos que son de análisis recomendado, pero no obligatorio, como Burkholderia cepacia. 

 

¿Qué factores se tienen en cuenta en la evaluación de riesgo microbiológico? 

  

 

 

 

La evaluación de riesgo microbiológico según la norma ISO 29621 se basa en cinco factores. El primer factor es la composición del producto, ya que aquellos productos que por su composición dificulten el crecimiento de microorganismos (como aquellos con baja actividad de agua o con valores extremos de pH) serán considerados de bajo riesgo microbiológico. El segundo factor es el empleo de materias primas que puedan crear un entorno hostil para los microrganismos, como puede ser el alcohol, por ejemplo. 

 

El tercer factor a tener en cuenta son las condiciones de producción, ya que estas también tienen gran importancia en cuanto al riesgo microbiológico. Aquellos productos en los que sea necesario aplicar temperaturas elevadas durante un periodo de tiempo prolongado serán considerados de bajo riesgo microbiológico, ya que mediante el proceso de elaboración se habrá destruido gran parte de los microorganismos que pudieran haber estado presentes. 

 

 

El cuarto factor es el envasado, ya que ciertos tipos de envases como las bombas dosificadoras o los envases monodosis reducen la exposición del producto a los microorganismos y, por ende, reducen su riesgo.  

 

Finalmente, la norma reconoce como quinto y último factor, aquello que denomina “factores combinados” que no es otra cosa que el efecto sinérgico de la combinación de varios de los factores anteriores. 

 

Si deseas saber más sobre el riesgo microbiológico en productos cosméticos y te interesa conocer los procedimientos de análisis basados en las normas ISO de microbiología cosmética, no puedes perderte la grabación de nuestra Condalab Talks: Análisis cosméticos. ¿Qué microorganismos debo analizar en mis productos?