Publicado: 23/11/20 16:02 Categorías: Microbiología

Las mascarillas eran utilizadas casi exclusivamente por personal médico y especializado, sin embargo, con la llegada del SARS-CoV-2 a nuestras vidas, parece que esta forma de protección individual ha venido para quedarse en nuestro día a día, aún incluso después de controlada la pandemia.  

 

¿Qué distingue a una mascarilla de otra? 

En el mercado existe una gran variedad de mascarillas, sin embargo, podemos categorizarlas en 3 grandes gruposquirúrgicasfiltrantes e higiénicas. Siendo estas últimas las recomendadas para la población en general, con el objetivo de disminuir el riesgo de contagios, y que pueden ser desechables o reutilizables. 

 

 

Enfocándonos en las otras 2 categorías, las de tipo quirúrgico son un producto sanitario que protege y minimiza la transmisión de agentes infecciosos entre el personal y el paciente. Y se clasifica según la eficacia de filtración bacteriana (BFE) en tipo I, tipo II y tipo IIR.  

 

Las mascarillas de tipo I pueden ser utilizadas como alternativa a las mascarillas higiénicas, no son recomendables para uso en entornos hospitalarios o quirúrgicos por personal especializado, pero si para pacientes, ya que su contacto con sustancias infecciosas no es constante.  

 

Por otra parte, los tipos II y IIR son exclusivas para sanitarios, ya que su BFE es mayor e incluso puede proteger de ciertos fluidos (salpicaduras). 

 

¿Son necesarios los controles microbiológicos para las mascarillas? 

Por la importancia que tienen las mascarillas, especialmente durante estos últimos meses, la Norma Europea EN 19638:2019 indica los requisitos y métodos de ensayo para las mascarillas quirúrgicas, y contiene el método para la determinación in vitro de la eficacia de filtración bacteriana (BFE), que es un ensayo en el cual se utiliza un aerosol del patógeno Staphylococcus aureus para verificar el número de UFC que pasan a través de la mascarilla. Para ello se utilizan medios como el TSATSB y Agua Peptonada.  

 

Asimismo, esta norma incluye el método para determinar la carga microbiológica de acuerdo a la ISO 11737:2018, que debe ser ≤30 UFC/g en cualquier de los 3 tipos de mascarillas quirúrgicas. Es un proceso sencillo en el cual se coloca la mascarilla completa en un envase y se recubre con 300 ml del medio de extracción para después filtrar una parte de este líquido e incubar finalmente el filtro sobre una placa de TSA. Otra parte se filtra igualmente y se incuba sobre una placa de SDA con cloranfenicol para evaluar hongos.  

  

  

Por último, las mascarillas filtrantes son equipos de protección individual (EPI) que garantizan un ajuste herméticopueden tener o no válvula, y son las utilizadas por el personal sanitario mayormente expuesto. Algunas las conocemos comercialmente como N95 o FFP2, y cada una depende de una norma específica. Las mascarillas N95 dependen de la norma NIOSH de la OSHA y por otra parte las mascarillas FFP2 o FFP3 deben cumplir la norma europea EN 149+A1.  

 

El control de microbiológico de los dispositivos sanitarios es esencial, pero especialmente hoy en día durante en la crisis sanitaria actual, donde es más importante que nunca asegurar la calidad de los productos y la seguridad de los usuarios 

 

En Condalab tenemos a tu disposición todos los medios disponibles para la determinación microbiológica de las mascarillas. Si deseas más información al respecto, no dudes en contactarnos