El uso de linfocitos T modificados genéticamente para atacar el cáncer es un enfoque prometedor, especialmente para los cánceres que son difíciles de tratar con métodos tradicionales. Los enfoques más comunes giran en torno a la ingeniería genética de células T, para introducir un nuevo receptor de células T (TCR), o un receptor de antígeno quimérico (CAR).