Publicado: 21/05/20 09:13 Categorías: Biología molecular
El análisis del coronavirus de pangolines, encuentra una elevada similitud con SARS-CoV-2
Desde que empezaron los primeros casos de COVID-19 a finales del 2019 en Wuhan (China), todo apuntaba a que estaban vinculados a un mercado de animales, y señalaba a los murciélagos como el reservorio principal. De hecho, nos podemos remontar hasta el 2007, concretamente a un artículo publicado en Clinical Microbiology Reviews donde ya se vaticinaba esta catástrofe al anunciar la presencia de un gran reservorio de virus similares a SARS en murciélagos que, junto con la cultura en el sur de China de comer animales exóticos, suponía una bomba de relojería a medio-largo plazo.
A pesar de que los primeros análisis indicaban que SARS-CoV-2 y el virus RaTG13, que es el que infecta a los murciélagos Rhinolophus affinis, tienen una similitud del 96%, el dominio de unión al receptor entre ambos virus, parece ser suficientemente divergente como para pensar que no puedan unirse eficientemente al receptor humano ACE2. Esto sugería que debía de haber al menos un huésped intermedio entre estas dos especies para justificar la zoonosis.
A principios de mayo, se publicaba en la revista científica Nature el artículo “Isolation of SARS-CoV-2-related coronavirus from Malayan pangolins” lo que no ha extrañado demasiado al mundo científico dado que los pangolines se consideran, según National Geographic el mamífero más traficado del mundo al ser sus escamas de alto valor para la medicina tradicional en algunos países como China, para el tratamiento del asma, reumatismo o artritis.
Para el estudio, se analizaron muestras de tejido pulmonar de 17 pangolines de Malasia de los que se recuperaron coronavirus relacionados con el SARS utilizando un ensayo basado en RT-PCR. Según los datos obtenidos, tras el análisis de las secuencias y de la relación evolutiva de los virus, todo apunta a que SARS-CoV-2 podría haberse originado por la recombinación de dos coronavirus, de pangolín y murciélago. Además, esto iría en línea con estudios previos en los que se observaban similitudes entre el Pangolin-CoV y SARS-CoV-2, especialmente en el dominio de unión al receptor.
A falta de más estudios concluyentes, todo parece apuntar a que los pangolines podrían haber sido un huésped intermedio para SARS-CoV-2, mientras que los murciélagos sirvieron como huésped nativo. Estaremos atentos a nuevos avances en este sentido.
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Bibliografía: