Publicado: 02/11/23 14:12 Categorías: Microbiología

 

En cuanto a riesgos microbiológicos sabemos que Salmonella es uno de los principales responsables de enfermedades transmitidas por los alimentos. Sin embargo, su presencia puede provenir incluso por aguas de riego contaminadas. 

 

¿Debe preocuparnos la presencia de Salmonella en aguas? 

 

La contaminación de aguas por microorganismos es uno de los principales retos globales para garantizar un acceso a agua potable segura, puesto que es un vehículo común que facilita la transmisión de enfermedades como fiebres tifoideas y paratifoideas, cólera y hepatitis A, por mencionar algunas. 

 

 

En los últimos años, se ha puesto el foco en el agua de riego como una fuente de contaminación de Salmonella, ya que se ha identificado la misma cepa responsable en diferentes brotes, con años de diferencia, y también en un lago utilizado para el riego. 

 
Los alimentos involucrados generalmente involucran productos frescos como pepinos, tomates, brotes, y frutas como mangos y melones. 

 

Los serotipos de Salmonella detectados están asociados con contaminaciones de origen animal o humano en su mayoría, y aunque S. Typhimurium y S. Enteriditis son los más relevantes a nivel clínico, la distribución de serotipos de Salmonella depende y varía dependiendo de la región, con lo cual es indispensable la identificación genética de las cepas para la monitorización y rastreo de las fuentes originales de contaminación, que es información clave en el caso de brotes de salmonelosis. 

 

Y aunque la calidad de las fuentes de irrigación dependerá de la eficacia de los tratamientos de desinfección de bacterias, virus y parásitos, existen casos donde se ha detectado la prevalencia de cepas de Salmonella resistentes, lo cual añade más presión a la problemática existente. 

 

Salmonella resistente: de aguas de riego a brotes alimentarios 

 

En distintas fuentes de aguas superficiales, es común la presencia de cepas de Salmonella resistentes a estreptomicina y ceftriaxona, y S. Newport, cepa resistente a múltiples fármacos (MDR), que es especialmente preocupante debido a su resistencia a mínimo 9 antibacteriales y por su posible propagación a través de aguas de riego contaminadas. 

  

  

En 2022 se reportó en China el primer brote transmitido por agua de fiebre tifoidea causado por S. Typhi resistente a diversos antimicrobianos incluyendo ampicilina, fluoroquinolonas, 3ra y 4ta generación de cefalosporinas. Se sospecha que la fuente pudo provenir de una contaminación por aguas residuales. 

 

No obstante, el riesgo es más alto en el caso de aguas de riego contaminadas con cepas resistentes, ya que podría afectar a un mayor número de personas y con ello las consecuencias para la salud pública como el aumento de la morbilidad y mortalidad, en gran parte debido a la falta de alternativas para el tratamiento de la enfermedad. 

  

 

Es evidente que la identificación de las cepas será clave para un buen rastreo y monitorización de Salmonella en aguas superficiales, especialmente por la prevalencia de cepas resistentes. Y dado que la resistencia a antimicrobianos es un desafío persistente, podría ayudar a una mejor comprensión de la resistencia a antimicrobianos. 

 

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