Publicado: 16/10/19 10:01 Categorías: Biología celular

Se pone en marcha el primer ensayo clínico con terapia celular antiviral made in Spain


Los trasplantes de precursores hematopoyéticos, generalmente conocidos como trasplantes de médula ósea, son uno de los principales recursos en la lucha contra los tumores hematológicos, tales como la leucemia o el mieloma. 


No obstante, pese a los beneficios que presentan, son también muchas las complicaciones derivadas, asociadas principalmente a la inmunosupresión a la que es sometida el paciente.  


Una de ellas es la aparición de infecciones, tales como la causada por el citomegalovirus (CMV). Se trata de un virus muy frecuente (de hecho, se estima que más del 80% de la población es portadora) pero que, en condiciones normales, no suele causar grandes complicaciones. No es así en las personas inmunosuprimidas, donde el virus es capaz de abandonar su estado de latencia y re-activarse. 


En estos casos, no es raro que los tratamientos de rutina (consistentes en fármacos antivirales) no sean suficientes, llegando incluso a rechazarse o a causar graves problemas de toxicidad. Esto dejaba a los pacientes con muy pocos recursos a su alcance, debido a la falta de alternativas disponibles.  

 

Desde el Instituto de Oncología del Vall d´Hebron (VHIO) y el Banco de Sangre y Tejidos (BST) trabajan para revertir esta situación. Para ello, han desarrollado una terapia celular consistente en el empleo de linfocitos T autólogos, procedentes de donantes, que puedan actuar contra el virus.   


Desde el pasado mes de julio, ViroTCell se encuentra ya en fase de ensayos clínicos, siendo la primera terapia celular antiviral producida íntegramente en España. A su cargo se encuentran el Dr. Pere Barba, del grupo de Hematología Experimental del VHIO, que se encargará del desarrollo clínico, y el Dr. Sergi Querol, director del Servicio de Terapia Celular del BST, encargado de la producción de las células. 

Este ensayo se llevará a cabo en 20 pacientes, siendo sus principales objetivos la evaluación de la seguridad y de la eficacia del tratamiento. Además, también se pretende analizar la capacidad del mismo para la reconstitución inmune frente al virus. Para ello, se estudiará la persistencia de las células T específicas en el receptor mediante técnicas de quimerismo, con el fin de evaluar el progreso del paciente. 


Paralelamente a la puesta en marcha del ensayo, se prevé crear un registro de donantes de células, con el fin de reducir al máximo los tiempos de desarrollo de la terapia. Uno de los cuellos de botella de este tipo de tratamientos reside en el tiempo necesario para identificar y producir linfocitos donantes compatibles en cantidades suficientes. Por ello, el BST ha creado el denominado registro REDOCEL, que aúna a los donantes habituales de sangre que puedan donar este tipo de células concretas, con el fin de agilizar el tratamiento.

   

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Referencias: